
- Hábitats como los retamares y los matorrales halonitrófilos, -a pesar de estar catalogados por la Directiva comunitaria de Hábitats como de interés comunitario-, y las zonas subesteparias de gramíneas y anuales, -catalogadas como de interés prioritario en su conservación-
- La variada y valiosa flora del cerro de La Cantueña, con sus 271 especies, -entre las que destacan ciertas especies por su valor biogeográfico: 10 endemismos ibéricos, 5 endemismos ibero-magrebíes y 7 especies que encuentran en este cerro su límite occidental en la Comunidad de Madrid-.
- La insospechada y rica fauna de este cerro, con sus aproximadamente 110 especies de vertebrados, -es decir, 91 especies de aves, más de 12 especies de mamíferos y 7 especies de reptiles-, y las 167 especies de invertebrados contabilizadas hasta el momento, -entre las que destacan 2 endemismos ibéricos, 1 endemismo ibero-magrebí, 25 especies de mariposas diurnas, algunas muy escasas y localizadas a nivel regional, y más de 10 especies de mariposas nocturnas, entre las que sobresale una especie protegida legalmente por su escasez y por ser la mariposa más grande de Europa-.
Es decir, no solo desaparecería el último refugio de la fauna y la flora al norte del municipio, sino también los paisajes campestres, la esencia natural de este cerro, la herencia de siglos de labores agrícolas y con ella uno de los últimos olivares-almendrales de Parla, cada día más amenazados por el urbanismo descontrolado, todo a cambio de crear un innecesario parque urbano, que satisfaga los intereses de unos pocos.
¿Por qué transformar un espacio natural en un simple parque urbano, cuando la única medida acertada sería la conservación de sus hábitats y la recuperación de los más degradados?.
A raíz de la catalogación del Cerro de La Cantueña, y su entorno inmediato, como “Bien de Interés Cultural “ en la categoría de “Zona Arqueológica”, por parte de la Comunidad de Madrid, según resolución de 23 de septiembre de 1994, Izquierda Unida ha presentado una enmienda al documento inicial de la Agenda 21, consistente en “garantizar la conservación de la zona protegida del cerro de La Cantueña frente a las posibles agresiones”.
Al parecer, a esta formación política únicamente le preocupa que la transformación en parque urbano de este cerro no afecte a posibles restos arqueológicos, menospreciando sus insustituibles valores ecológicos que se perderán con la creación del parque, el cual proyectó en compañía del PSOE.
Así, no solo no ha presentado ninguna enmienda al documento inicial de la Agenda 21, que garantice el cese de las continuas agresiones medioambientales que padece este cerro y su entorno, que lo degradan cada día más, sino que propone en otra de las enmiendas presentadas, solicitar a la Comunidad de Madrid el desdoblamiento de la M-408, carretera que conecta Parla con Pinto, y que discurre frente al cerro de La Cantueña, es decir, propone aumentar la presión medioambiental sobre este frágil espacio natural, cada día mas amenazado.
Las escombreras ilegales, emplazadas en la cima sur del cerro de La Cantueña y a lo largo del camino del Costerón, -tanto en las proximidades de la trinchera del tren de cercanías, como en la cima del cerro de La Cantueña o en el límite norte del municipio, junto a las vías de dicho tren interurbano-, el persistente circuito de MotoCross instalado ilegalmente hace más de una década en las laderas de este cerro o la actual instalación de un nuevo tendido eléctrico, son ejemplos evidentes del absoluto desinterés de los gobernantes municipales por evitar la continua degradación de los valores ecológicos de este cerro.
¹ Nota de prensa del partido Iniciativa Social de Parla-Vientos del Pueblo del 16 de noviembre de 2008. “Denuncian la amenaza que supone el PGOU de Parla para el medio ambiente de la localidad”.