miércoles, 19 de marzo de 2008

El arroyo Humanejos aniquilado por la construcción del hospital de Parla.

La construcción del hospital “Infanta Cristina”, en la localidad madrileña de Parla, ha ocasionado un grave impacto ecológico.

El pasado día 25 de febrero de 2008, se puso en funcionamiento el hospital “Infanta Cristina”, ubicado en la localidad madrileña de Parla; una buena noticia para los habitantes de esta localidad y para los residentes en localidades vecinas.
Sin embargo, el grave daño que ha causado a la Naturaleza, no es una agradable noticia. Su emplazamiento en las cercanías del arroyo Humanejos, ha causado un tremendo impacto ambiental, al verse afectado uno de los tramos fluviales ecológicamente más valiosos.
Así, la construcción de una carretera que da acceso al hospital desde la localidad de Parla, ha provocado la total destrucción del valioso bosque de ribera que acompañaba en este tramo al arroyo Humanejos. Además, con esta carretera se ha iniciado la urbanización del paisaje rural de la zona.
No contentos con el grave daño causado al medio natural, la tala y las podas abusivas se han cebado con el resto del bosque de galería que se salvó tras la construcción del acceso al hospital. Todo indica, que el ayuntamiento de Parla, pretende arrasar este ecosistema fluvial único, con el fin de urbanizar la zona.
Además, con el propósito de aumentar la capacidad de trasporte de aguas residuales, el cauce del arroyo ha sido profundizado, alterándolo. Dichas aguas residuales, han contaminado todo el sistema hídrico del arroyo Humanejos, al verterse desde el hospital sin depuración previa, convirtiendo este cauce fluvial en una cloaca al aire libre. Asimismo, el régimen hídrico natural del arroyo ha pasado de estacional a permanente alterando todo el ecosistema.
La construcción de escolleras en las riberas cercanas al hospital, ha producido un importante impacto paisajístico, debido a la profunda transformación de las mismas, que de boscosas han pasado a ser pelados muros de piedra y cemento, dando un aspecto muy artificial al cauce.
A pesar de encontrarse a escasa distancia el casco urbano de Parla, esta barbarie ecológica ha pasado desapercibida durante meses, debido a la desidia mostrada tanto por los gobernantes locales y regionales, (pendientes de temas sociales políticamente más rentables,) como por la población local, carente de la más mínima conciencia ecológica.
La decisión de ubicar este gran centro sanitario, en las proximidades del arroyo Humanejos, (el arroyo mejor conservado del sur madrileño), indica claramente el “aprecio” existente en este municipio por sus escasos espacios naturales, en los que se concentra gran parte de su biodiversidad. En concreto, solamente en el tramo del arroyo Humanejos afectado por el hospital, se han contabilizado hasta 105 especies de aves, de las que 55 son reproductoras. Además de 22 especies de aves invernantes, 10 especies en paso migratorio, y 18 especies presentes de forma errática.
Pero, la biodiversidad animal de este curso fluvial no se reduce a las aves, 17 especies de mamíferos, 6 especies de reptiles y 5 especies de anfibios, pueblan sus riberas y áreas colindantes, así como, son innumerables las especies de invertebrados, entre los que podemos destacar a los lepidópteros, al ser formidables bioindicadores de la calidad ambiental de los ecosistemas. 27 especies de mariposas diurnas y 10 especies, hasta el momento, de mariposas nocturnas han sido registradas en dicho arroyo.
El bosque autóctono, de extraordinario valor ecológico, lo formaban teselas de vegetación riparia mesomediterránea, (un hábitat de interés comunitario) cuya flora estaba representada por árboles, arbustos, lianas y herbáceas helófitas e hidrófilas, como álamo blanco (Populus alba), chopo (Populus nigra), bardaguera (Salix atrocinerea), sarga blanca (Salix salviifolia), sauce blanco (Salix alba), mimbrera (Salix fragilis), fresno (Fraxinus angustifolia), olmo negrillo (Ulmus minor), taray (Tamarix sp.), cambronera (Lycium barbarum), majuelo (Crataegus monogyna), rosales silvestres (Rosa canina, Rosas micrantha, Rosa corymbifera), zarza (Rubus ulmifolius), dulcamara (Solanum dulcamara), eneas (Typha dominguensis, Typha latifolia), caña (Arundo donax), junco churrero (Scirpus holoschoenus), castañuela (Scirpus maritimus), junco duro (Juncus inflexus), juncia larga (Cyperus longus), bayunquillo (Eleocharis palustris) y junquillo (Carex sp.), Scrophularia nodosa, Veronica anagallis-aquatica, Mentha suaveolens, Nasturtium officinalis, Calystegia sepium, Apium nodiflorum, Epilobium hirsutum, Myosoton aquaticum, Pulicaria paludosa, Glyceria fluitans, etc.

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